martes, 15 de junio de 2010

HOMOFOBIA ESCOLAR: LA REALIDAD OCULTA


Hace tiempo que hice este blog para hablar un poco de moda (tema que me apasiona) pero también me gustaría hablar de otras cosas, como el tema de ayer del vuelco de la sociedad hacía el mundial. 
Estaba haciendo zapping y he dado con un reportaje en Televisión Española titulado “El precio de salir del armario”. Este reportaje trataba sobre personas que han sufrido durante años por su orientación sexual a causa de su educación, religión e incluso lugar de nacimiento. Además nos encontramos a menos de un mes para las fiestas del Orgullo Gay 2010, y por eso, me gustaría publicar por aquí un reportaje que hice hace unos meses para la universidad que trata el tema de la homofobia en los colegios
Espero que os guste y os haga concienciaros de un problema social que muchas instituciones y personas no quieren ver, pero que en la realidad existe.
HOMOFOBIA ESCOLAR: LA REALIDAD OCULTA
La reina piensa que ha llegado el momento de que el príncipe contraiga matrimonio. Ha llegado la hora de casarse y el príncipe debe entregarse al ritual de buscar pareja con la consabida fila de candidatas que no reúnen los requisitos adecuados. Todo cambia a última hora cuando llega una princesa acompañada de su hermano, el Príncipe Azul. El corazón del príncipe empieza a latir pero resulta que el motivo del flechazo no es la princesa… ¡sino el príncipe!
IVÁN GARCÍA. El fragmento es una pequeña síntesis del libro infantil “Rey y Rey”, que trata el tema de las preferencias sexuales. “Se persigue que la escuela transmita a los niños que es tan normal la homosexualidad como la heterosexualidad, ya que la orientación sexual es la primera causa de acoso en los colegios e institutos españoles”, según comenta Beatriz Gómez García, técnica del Servicio de Orientación y Apoyo a Jóvenes LGTB, tras un informe llevado a cabo por la Comisión de Educación de COGAM (Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid).
 En todos los institutos aseguran que si un joven manifestara públicamente su homosexualidad, sufriría marginación. Muchos, incluso opinan que podría sufrir agresiones físicas. Aunque parezca mentira, alrededor de un tercio de los adolescentes reconocen ser homófobos, algo impactante tomando por referencia que en este estudio además se refleja que al menos hay un alumno homosexual por aula.
 Alejandro, cree que si en su colegio se hubiera tratado la diversidad sexual, no habría tenido tantos problemas. Se trata de un chico madrileño, de tan solo 18 años, que ha sufrido todo tipo de ataques homófobos en su colegio. Él, desde niño, siempre tuvo clara su orientación sexual, pero no todos lo tienen tan claro.
 Se calcula que entre un 7% y un 10% de la población no es heterosexual. El proceso de identificación, comprensión y aceptación de la identidad homosexual puede durar varios años, o no llegar a terminarse del todo. Si no se les refuerza en ese proceso, se les ofrecen referentes positivos y se les aportan recursos, estos jóvenes pueden vivir ese proceso en una situación de angustia y de baja autoestima.
 Según el estudio “Adolescentes ante la diversidad sexual” de COGAM, conocer a personas homosexuales hace que disminuyan las actitudes homófobas. La falta de referentes positivos es una dificultad añadida a la que adolescentes LGTB se enfrentan, pues resulta casi imposible crear una identidad sana y feliz sin ellos, según recuerda Jesús Generelo, coordinador de Educación de COGAM.
 Desde pequeño, comenzó a ser ridiculizado por los chicos mayores de su colegio. Con sus compañeros de clase no tuvo ningún problema hasta primaria, cuando comenzaron los insultos hacia su orientación sexual. El informe elaborado por FELGTB destaca que sólo un 10% de las chicas cambiaría de sitio en clase al saber que está sentada junto a un homosexual. El porcentaje de chicos sube hasta el 40,8%.
 Llevar el cartel de “mariquita”, fue lo que le tocó. En la ESO el conflicto aumentó, se convirtió en la diana de todas las actitudes homófobas. Desbordado, decidió pedir ayuda a sus profesores que “no hicieron nada, ya que se trataba de un colegio de curas y no se podía hablar de homosexualidad”. Sobre el tema de la educación, Beatriz Gómez García dice que los profesores deben educar además de enseñar, ya que es el pilar fundamental para el cambio social.
 Jesús Generelo, hace una reflexión que debería servir de guía a los responsables educativos: “La escuela parece reacia a reconocer que la violencia homófoba es un problema colectivo, que debe ser prevenido interviniendo sobre las causas y no sobre las víctimas”.
 Comienzan los peores años, los ataques no solo se producen en el colegio, sino que se traspasan a la calle. “En esta época tuve agorafobia, tenía miedo a salir”. Comenzó a rondar por su cabeza la idea de “qué hacía aquí”. “Lo estoy pasando mal, no sirvo para nada, la única solución es el suicidio”. El informe “La homosexualidad en los centros educativos de la Comunidad de Madrid” de la Comisión de Educación de COGAM, muestra que la tendencia al suicidio entre los jóvenes gays y lesbianas es, entre 3 y 5 veces más alta que en heterosexuales.
 Las cosas en el colegio no podían irle peor, y además, una fuerte discusión de sus padres hizo que llevara a cabo su primer intento de suicidio. ”Estaba solo, no tenía amigos. En los recreos, o me metía en el baño o simplemente daba vueltas por el patio. No hacía nada, simplemente pensaba”. Era la única solución que él, como muchos otros homosexuales, ven a esa situación de marginación y maltrato que sufren habitualmente.
 A los 14 años intentó ser heterosexual. “Cuando hacíamos la oración de la mañana yo pedía: ¡Dios hazme normal!”. Llegó a buscar pastillas por internet para cambiar su condición sexual. “No pensé que fuera una enfermedad, pensaba que podía cambiarlo”.
 La soledad en la que vivía le llevó a chats para conocer gente como él. “Tenía miedo a salir, así que, era imposible conocer gente por otra vía distinta a Internet”. Por aquí conoció a los que serian sus primeros novios y pilares fundamentales para seguir soportando aquella situación. Su vida empezaba cuando se cerraba la puerta de su dormitorio con su ordenador y acababa en el silencio de los tabúes de esta sociedad.
 La situación en el colegio iba a peor. Tras el intento de suicidio, sintió la necesidad de contarle a su madre que era homosexual. Su madre lo aceptó y recibió su apoyo en todo momento. Según el informe “Adolescentes ante la diversidad sexual” de COGAM, sólo la mitad de los adolescentes están seguros de que su familia les apoyaría si fueran LGTB.
 Beatriz Gómez García, dice que el apoyo de los padres es fundamental. “Deben aceptar al hijo y seguir su mismo proceso de autoaceptación; tienen que pensar que el hijo también esperaba ser heterosexual, como ellos”.
 Pero la situación en el colegio no cambiaba, y Alejandro dejó de asistir a las clases. Volvió a plantearse el suicidio, pero esta vez llegó más lejos. Se cerró en su habitación y comenzó a ingerir pastillas. “Si el SAMUR hubiera tardado 20 minutos más, habría muerto”. Tras este intento de suicidio sus padres decidieron llevarlo al psicólogo.
 Alejandro no podía soportar la presión que los insultos y las vejaciones ejercían sobre él, y volvió a intentar suicidarse. Esta vez intentó cortarse las venas. “Hasta aquí. Dejadme en paz, quiero morir, no aguanto más. Quiero una vida normal.”
 Después de este acontecimiento, decidió que iba a ser como él realmente quería ser, sin importarle los demás y puso fin a su tratamiento psicológico.
Este mismo año decidió revelar su orientación sexual. “Por una vez puedo decir que mi vida es normal”.
 Basándonos en los datos del informe “La homosexualidad en los centros educativos de la Comunidad de Madrid” de COGAM, se puede constatar que los grupos que conocen personalmente a algún gay o lesbiana, muestran menos rechazo hacia estas orientaciones que los grupos en los que nadie ha conocido a ninguno.
 La historia inicial no sólo acaba en boda, sino que el bonito cuento acaba con la emblemática frase: “...y vivieron felices y comieron perdices”.

lunes, 14 de junio de 2010

La gallina de los huevos de oro

Con gran parte de Europa inmersa en un duro plan de ajuste económico ¿Es o no un despilfarro alojarse en el hotel más lujoso de África? ¿Son demasiados 540.000 euros por cabeza por ganar el Mundial? ¿Deben los futbolistas sacrificar parte de sus ganancias en favor de sus compatriotas?

Todas estas preguntas son planteadas a 10.000 kilómetros de distancia de Johannesburgo, donde el viernes arrancó el mayor evento deportivo del año, el Mundial de Sudáfrica 2010.

Una de las cosas más criticadas relacionadas con este evento se trata del premio que recibirán los campeones de Europa si ganan el Mundial, cada uno de los futbolistas españoles será recompensado con 540.000 euros si gana el trofeo, lo que supondría el premio más alto de la historia y el doble de lo que se llevarían los alemanes o los franceses

Otro tema con gran controversia es el alojamiento de Francia en Sudáfrica. El hotel Pezula Resort and Spa, en Knysna que se define como "el resort más lujoso de África". ¿Es éticamente correcto estando en esta situación?

Toda Europa se encuentra en una difícil situación económica. España se esfuerza por alejar los fantasmas de la quiebra griega con el anuncio de la mayor reducción de gasto público de su historia. Alemania acaba de comunicar el despido de 10.000 funcionarios. Y el premier británico, David Cameron, auguró "recortes dolorosos" para retraer el déficit. Sin embargo, el Mundial sigue siendo un gran negocio. Según un informe de la FIFA, el órgano rector del fútbol mundial obtuvo 196 millones de dólares de beneficio en 2009. En Sudáfrica 2010, además, los premios otorgados ascienden a 420 millones, un 60 por ciento más de los que se dieron en Alemania 2006.

Algo que no se puede negar y a la vista está es que los beneficios se disparan cuando la selección española, por ejemplo, juega.

¿Puede el deporte modificar la actividad de todo un país? La selección española no sólo arrasa en los rankings de audiencia, sino que moviliza a miles de aficionados para ver sus partidos. Los seguidores no sólo asisten a la retransmisión, también multiplican el consumo de productos como la cerveza o la pizza, por ejemplo.
La cita de Sudáfrica supone una inyección para el sector hostelero, pero no solo se notará en este sector ya que muchas son las empresas que aprovechan el tirón de un deporte como es el futbol para poder ampliar sus ventas y consigo sus beneficios.

Hago una pequeña selección de estos productos, y termino con una única pregunta ¿Hasta qué punto el mundial puede hacer olvidar esta crisis económica?